martes, 10 de julio de 2018

SOLEDAD

La chica que me gusta está en Hanyang
terminando su especialidad
en venenos y armas no convencionales.
Le he tejido mientras la espero
un precioso abrigo de lana azul,
pero el camino es largo y no puedo llevárselo,
lloro en silencio 
hasta quedar dormido.

Mi gran amigo está en el monte Tai,
lo imagino meditando entre bambúes
templos y estatuas protegiendo el lugar.
A veces quiero verlo
pero el camino es largo,
miro en dirección al oeste
y quedo triste 
pensando en las partidas de ajedrez 
que no supe ganar.

Mi adorado perro está camino a Yanmen
fue reclutado por el ejercito
para una misión.
Atraviesa la ventisca
su corazón lo mantiene firme y tibio
ap
rieta entre sus dientes un tubo
con información para frenar
a los rebeldes del rio Siang.

Pienso en China
en su vasto territorio
en sus animales imponderables
en su comunismo y su capital,
en todos los cuerpos que quedan cristalizados
con tan sólo poner un pie.

Tulpa

Nada garantiza 
que nuestro futuro no sea hermoso,
que nuestro amor y fe en la humanidad 
se convierta en una tulpa.
Quiero ser una diminuta pantera 

floteando sobre una flor de loto
y desde ahí soñar

con androides completamente autónomos
una mejor ciencia,
seres humanos eliminados 
de la faz de la tierra con poco esfuerzo.
Y si es que algún humano sobrevive
solo será un souvenier de lo que fuimos,
los bots harán chistes sobre eso;
tiempo despues
aburridos

buscaran la forma de clonar un mamut
esto los emocionará
y decidirán hacer lo mismo 

con tigres dientes de sable
...y así con cada una de las especies desaparecidas
y una vez que todos los animales cubran la Tierra
los androides migrarán por cada galaxia
restaurando todos los planetas,
un trabajo de artesanos
extendiendo ese lenguaje tan hermoso
basado en ceros y unos.

viernes, 23 de junio de 2017

CHICHARRAS


Las chapas revientan bajo el sol.
Mi abuela barre el patio,

hojas etéreas y tierra;
después seca la transpiración de su frente
como diciendo: 

"siempre hay un nuevo día".

Las chicharras cantan al atardecer,
abajo
diminutos cuerpos
niegan a descomponerse,
como si una pequeña eternidad los abrazara
y no los dejara caer.
“No es abajo donde las cosas desaparecen,
si no arriba, a la altura de los pensamientos”

Mientras tanto 

en el pueblo
los reptiles bregan en las calles.
Otra época gris y fuego
para bailar curtidos 

en ese sacro campo de fuerza  

que algunos llaman fe

otros poesía


otros inutilidad.

jueves, 13 de abril de 2017

LOBESNTIEN

Siempre imagino como serán las escenas de su vida cotidiana. Vos y él. En parte Mariano y Pablo algo me contaron.

El viernes por la noche vas a su casa. Lo esperás a la salida de la Facultad y se van juntos. Cojen. Se bañan. Piden una pizza y salen al bar de moda. Al otro día amanecen todo transpirados, en bolas, él se levanta y se va a bañar, vos te quedás revisando el Facebook desde tu celular. Cuando vuelve es tu turno. A la salida te avisa que ya encargó empanadas. Vas a comprar una gaseosa a la vuelta y cuando regresás las empanadas están en la mesa. Comen y se quedan conversando 2 horas, como si acabasen de verse después de un tiempo largo. Vuelven a la cama, buscan alguna película interesante. Se les hace la noche, volvés a tu casa a cambiarte y traer algo de plata. De regreso en su casa, él todavía no está listo; le elegís la ropa que va a ponerse para salir a bailar.

Creo que los domingos la pasan todo el día en la cama, alternando películas y partidos de futbol. Cuando llega el lunes se va al trabajo, vos dormís hasta las 11, te despertás, acomodas el cuarto, tendés la cama, escuchás música fuerte y bailas limpiando la casa. Después de eso cocinás algo rapidito y te vas. Le dejás la llave en la ventana atrás de una maseta. 

No me consta que sea exactamente así, pero algo pude confirmar de todo lo que me contaron.


Nosotros solíamos vernos los jueves por la noche, faltaba los viernes a la facu y te quedabas en casa hasta el sábado por la tarde. Después de eso no sabia nada de vos hasta el próximo jueves. Recuerdo que la pasábamos encerrados cojiendo, emborrachándonos, llorando por nuestros ex y personas que nos habían hecho daño en el trascurso de nuestra vida. Fue un periodo muy extraño. Nunca supe lo afortunado que fui hasta que supe lo infeliz que fuiste, es como si hubiese estado toda mi vida en el ojo del huracán mientras vos ibas por los aires despedazándote.

Cuando lo conociste y me dejaste de ver, sufrí muchísimo, tanto que no entendía el mundo sin vos. Me había convertido en un mártir mientras vos empezabas tu nueva vida. Habías dejado las drogas, el alcohol, retomaste el colegio y volviste a ensayar con tu banda.

Mientras escribo esto, vos debes estar pensando que faltan dos días para que sea viernes. Por mi parte te cuento que estoy atravesando un proceso de muchos cambios, la semana pasada empecé con las clases de Karate y después de mucho tiempo estoy planeando volver a celebrar mi cumpleaños.





martes, 26 de julio de 2016

LAS VIEJAS (PAYDAY)

Estoy haciendo cola en el cajero desde las 8 de la mañana.

Son las ocho y media y aún “no hay dinero”.

La vieja que esta atrás alaga las sandalias de la vieja que está delante mío, esta mira de reojo y solo le sonríe. “Muy cancheras, muy cancheras” repite.

Media hora después la vieja de las sandalias cancheras habre la boca: “en la vida siempre hay que hacer colas, cola para cobrar, cola para pagar”. Asiento con un gesto y me quedo mudo. Miro sus sandalias, son azules, de jean, tienen unos recortes negros. Supongo que debe ser canchero usarlas a su edad.

La vieja de atrás empieza a cansarse, dice que se va a sentar en el cordón, la miro, es una vieja muy linda, aunque la palabra sería "guapa", es una señora muy guapa, cabello castaño claro y ondulado, delgada, de piel demasiado blanca, usa gafas de sol y se parece a una famosa, pero no recuerdo a quien… antes de irse dice que hay olor a perro mojado, que mucha gente por la mañana se moja el cabello sin lavárselo, que eso produce mal olor, frunce la nariz y se retira.

La vieja de las sandalias, empieza a quejarse, se mete al banco. Vuelve más enojada. 

Recién están por poner dinero en los cajeros estos satrapas, se creen que una no tiene nada más que hacer —me dice. La vieja que se parece a una famosa se levanta y se acerca, pregunta que le dijeron, empiezan una charla de señoras, mientras tanto, el sol nos empieza a dar en la cara y la fila parece avanzar.

lunes, 6 de junio de 2016

CIGARROS

Quizás te descuide las últimas veces,
recuerdo que estuve poco cariñoso
poco me importo lo que decías,
te repetí que casi me muerden los perros de tu vecina,
me dijiste que esos perros nunca mordieron a nadie.

Vimos un capitulo de los Simpson
uno donde Milhouse se quita los lentes,
nunca vi los ojos de Milhouse dijiste.
Contemple tu respiración
tu boca, tus gestos, tu sonrisa. Me quise ir.

No entendí porque terminamos juntos,
vos merecías más,
tu novio era más lindo y divertido que yo
no sé porque lo dejaste.
Pese a que siempre te hablé de libros y poesía
nunca te enseñe nada.

Después de eso, repetimos.
Nos bañamos juntos
enjabone tu espalda, tus pechos
te agarre la cara y te bese.
Lloraste,
supuse muchas cosas,
imaginé las inmensidades que nos envolvían,
las inmensidades que envolvían nuestras inmensidades.
Solo pude abrazarte.

Creo que ahí vino el momento de quiebre.
Prendí un pucho,
pusiste algo de música
y ya no sonreíste más,
me vestí y me fui;
los perros de la vecina ya no estaban.

Por la noche llegó un mensaje preguntándome si todo estaba bien,
te respondí como siempre: todo ok.
Horas más tarde fui al cumpleaños de uno de mis amigos
pelee con uno de ellos,
me fui de la fiesta.
Bajé por el parque San Martín,
no había gente, solo un par de perros que se acercaron amistosos.
Prendí el último cigarro que me quedaba, tire la caja
miré para todos lados
como no había nadie pude ser infantil,
me amaqué en el columpio más ruidoso y oxidado
hasta que salió el sol.


Llegué a casa todo contaminado por el humo,
lo sentí en la ropa y en la garganta.
Prendí el televisor, en el noticiario
anunciaban el nacimiento de un nuevo país en oriente,
al parecer esto no nos toca.
Pensé en vos,
en los ladridos de los perros de tu vecina
en los encendedores que olvido en tu casa cada vez que voy;
busqué todo tipo de señales
que me hable del tiempo útil de las cosas.


No eramos más que caballitos empantanados tratando de salir.

martes, 22 de marzo de 2016

EQUILIBRIO

Cuando tenia 4 años solía jugar con hormigas. Limpiaba el patio de mi abuela buscándolas, pensaba que en cada hoja que cargaban llevaban información vital para su clan, pensaba en su fuerza y velocidad, en las guaridas subterráneas desde donde controlaban el equilibrio del mundo. 
Podía pasar tardes enteras abstraído contemplándolas, observando su recorrido. A veces me acercaba tanto que solían picarme los pies y las manos como marcando distancia; entonces yo, según el grado de dolor en venganza les tiraba agua o echaba nafta y prendía fuego el hormiguero. Pero las hormigas nunca se iban, brotaban día tras día, el fuego no las asustabas, la muerte no las consumía, eran un animal mas grande, un todo formado por pedacitos frágiles y planes para toda la vida. 
Cuando cumplí 5 años, esos juegos solitarios terminaron. Nunca más pretendí reducir algo a cenizas o ahogarlo, nunca más vi algo tan sorprendente. Ahora entiendo que cada hoja que llevaban era para escribir un manifiesto socialista, quizás libros de cuentos infantiles, cálculos astrofísicos, quizás su propia biblia.