martes, 22 de marzo de 2016

EQUILIBRIO

Cuando tenia 4 años solía jugar con hormigas. Limpiaba el patio de mi abuela buscándolas, pensaba que en cada hoja que cargaban llevaban información vital para su clan, pensaba en su fuerza y velocidad, en las guaridas subterráneas desde donde controlaban el equilibrio del mundo. 
Podía pasar tardes enteras abstraído contemplándolas, observando su recorrido. A veces me acercaba tanto que solían picarme los pies y las manos como marcando distancia; entonces yo, según el grado de dolor en venganza les tiraba agua o echaba nafta y prendía fuego el hormiguero. Pero las hormigas nunca se iban, brotaban día tras día, el fuego no las asustabas, la muerte no las consumía, eran un animal mas grande, un todo formado por pedacitos frágiles y planes para toda la vida. 
Cuando cumplí 5 años, esos juegos solitarios terminaron. Nunca más pretendí reducir algo a cenizas o ahogarlo, nunca más vi algo tan sorprendente. Ahora entiendo que cada hoja que llevaban era para escribir un manifiesto socialista, quizás libros de cuentos infantiles, cálculos astrofísicos, quizás su propia biblia.

domingo, 20 de marzo de 2016

TILCARA



Te sorprendés porque bailo todo, decís que te gusta mi pasito, lo copias. Salimos de la multitud y vamos a buscar a tu grupo de amigos. Nunca los encontramos. Salimos del tinglado y compramos unas birras. Estoy rebobo, no pensé que iba a ser tan-todo-como-antes, me sorprendo, si hasta parece que volvimos en el tiempo.
Nos sentamos en la vereda. Me sonreís y ponés tu mano en mi pierna mientras hablas. Te digo que vayamos a mi carpa. Empezamos a bajar, en el camino un pibe buena onda nos regala un porro y luego desaparece.
Te pregunto por Hernán, decís que otra vez estas confundida. (Quiero creer que es por mi).
—quiero creer que es por mí —te digo. Me pegás un empujoncito y sonreís.
— las cosas son complicadas boludo, no todo es como uno quisiera.

Me contás que lo dejaste, que ahora estás saliendo con un chico de Tucumán pero que aún lo seguís queriendo. BLUUMMM. Explosión y onda expansiva. El tercer lugar aún festeja en el podio pero esto me deja sin ganas de nada.
Llegamos a la carpa, te metes adentro y me llamás. Los cerros parecen mucho más grandes a esta hora. Estoy pensando que decirte, pero nada. Ni siquiera puedo llorar. Me quedo en silencio. me volvés a llamar y te digo que ya voy, que esperes un momento.