El viernes
por la noche vas a su casa. Lo esperás a la salida de la Facultad y se van
juntos. Cojen. Se bañan. Piden una pizza y salen al bar de moda. Al otro día
amanecen todo transpirados, en bolas, él se levanta y se va a bañar, vos te quedás
revisando el Facebook desde tu celular. Cuando vuelve es tu turno. A
la salida te avisa que ya encargó empanadas. Vas a comprar una gaseosa a la
vuelta y cuando regresás las empanadas están en la mesa. Comen y se quedan
conversando 2 horas, como si acabasen de verse después de un tiempo largo.
Vuelven a la cama, buscan alguna película interesante. Se les hace la noche, volvés
a tu casa a cambiarte y traer algo de plata. De regreso en su casa, él todavía
no está listo; le elegís la ropa que va a ponerse para salir a bailar.
Creo que los
domingos la pasan todo el día en la cama, alternando películas y partidos de
futbol. Cuando llega el lunes se va al trabajo, vos dormís hasta
las 11, te despertás, acomodas el cuarto, tendés la cama, escuchás música
fuerte y bailas limpiando la casa. Después de eso cocinás algo rapidito y te
vas. Le dejás la llave en la ventana atrás de una maseta.
No me consta
que sea exactamente así, pero algo pude confirmar de todo lo que me contaron.
Nosotros
solíamos vernos los jueves por la noche, faltaba los viernes a la facu y te
quedabas en casa hasta el sábado por la tarde. Después de eso no sabia nada de
vos hasta el próximo jueves. Recuerdo que la pasábamos encerrados cojiendo,
emborrachándonos, llorando por nuestros ex y personas que nos habían hecho daño
en el trascurso de nuestra vida. Fue un periodo muy extraño. Nunca supe lo
afortunado que fui hasta que supe lo infeliz que fuiste, es como si hubiese
estado toda mi vida en el ojo del huracán mientras vos ibas por los aires despedazándote.
Cuando lo
conociste y me dejaste de ver, sufrí muchísimo, tanto que no entendía el mundo
sin vos. Me había convertido en un mártir mientras vos empezabas tu nueva vida.
Habías dejado las drogas, el alcohol, retomaste el colegio y volviste a ensayar
con tu banda.
Mientras
escribo esto, vos debes estar pensando que faltan dos días para que sea viernes. Por mi parte te cuento que estoy atravesando un proceso de muchos cambios, la
semana pasada empecé con las clases de Karate y después de mucho tiempo estoy
planeando volver a celebrar mi cumpleaños.