martes, 8 de septiembre de 2015

E



Mientras lavo los platos, con el detergente escribo en la esponja una “E” sin darme cuenta. Se me viene a la cabeza tu nombre, después esa sensación que me dejabas al hacer un chiste.
La esponja al agua, la presiono y se difumina tu inicial, ahora es espuma con la que limpio.
 — Escribís cosas de mariconcito, muy sentimentales —me dijiste un día —pero me gustan, son sinceras.

Me mostraste tus cuentos. Eran buenos. Trataban sobre grupos de amigos. Amigos que jugaban básquet. Amigos que se enfrentaban a alienígenas en un día de campo. Amigos que se hacían la rata y encontraban un maletín misterioso. Es importante la amistad para vos pibe. Hace una semana también me acorde de vos cuando me cruce a tu ladero más querido, Alejandro, que obvio no me saludo.

Y yo aquí, pasando Cif a la mesada, a la cocina… después sacando media bolsita de basura. Eso es todo lo que hago cada día, media bolsita de basura 5 minutos antes de que pase el recolector, siempre tan tan puntual.